martes, 23 de agosto de 2011

LA RUINA DE LOS AYUNTAMIENTOS por Manuel Pastrana



Tenía que llegar el día en que la cosa reventara y mucho me temo que ya ha llegado.

Los ayuntamientos, la cenicienta de las administraciones públicas durante los últimos treinta años, han sobrevivido todo este tiempo a base de parches y gracias a la huída hacia adelante que permitía la fiebre de la construcción y la "bicoca" de las recalificaciones de suelo.

Todos sabían, a nadie se le escapaba, que tarde o temprano se acabaría el chollo y vendría Paco con las rebajas. Pero como en tantas cosas en la vida, hasta que no le vemos las orejas al lobo, o peor, hasta que no nos pega las primeras dentelladas, no escarmentamos.

El goteo de ayuntamientos, no sólo en Andalucía sino en toda España, que no tienen ya liquidez ni para pagar las nóminas de sus funcionarios, ha empezado.

Diez municipios de Sevilla, cuatro de Huelva, tres de Granada, uno de Málaga y cuatro de Cádiz deben ya como mínimo dos mensualidades a sus plantillas. Sin hablar de casos como el de La Línea, donde ya son media docena las nóminas sin pagar.

No cobran los policías, ni los jardineros, ni los barrenderos, ni los basureros... Tampoco los especialistas, los técnicos ni los administrativos; no se pagan las facturas... Ruina
 ¿Y por qué está ocurriendo esto?

Pues ocurre porque en casi 35 años de democracia se han puesto en marcha todos los mecanismos de financiación pública excepto el de los de los ayuntamientos, que han ido absorbiendo competencias pero el dinero para pagarlas se quedaba por el camino (diputaciones, autonomías...)

Gobierno tras gobierno, legislatura tras legislatura, nadie ha tenido narices hasta ahora de ponerle el cascabel a ese gato. Sacaban la documentación del cajón, le echaban un vistazo y... la volvían a guardar. Y hasta hoy. Los ayuntamientos, la institución pública que está más cercana al ciudadano ha sido, y es aún paradójicamente, la que más desprotegida está a la hora de contar con recursos para atender sus obligaciones.

Y así, cuando han llegado las vacas flacas, los puestos de trabajo empiezan a cuestionarse. Se consideran "el último mono" y no les falta razón. En Jerez, por ejemplo, no hay dinero ni para atender la ayuda a domicilio; en Barbate, con  veinte mil habitantes en invierno y casi cien mil en verano, sólo hay un policía municipal de servicio.

Hace ya unos días que dije que tres de cada cuatro ayuntamientos andaluces están prácticamente en quiebra. Se me llamó alarmista. Me gustaría estar equivocado, pero cada día que pase habrá más ayuntamientos que tengan problemas para pagar a su gente.

¿Qué solución existe?

Pues por un lado dotar de recursos, por parte del Estado, a la Administración Local pero ¡ya!, y por otro reclamar que se abra cuanto antes lo que se conoce como Mesa General de las Administraciones Públicas. Y ahí solventar la dichosa asignatura pendiente de la financiación de los ayuntamientos. Una cuestión que permanece sin resolver ¡desde 1977!

M. P.

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